sábado, 26 de junio de 2010

Conclusión

A través de los distintos artículos desarrollados, explicamos cómo se sitúan las redes sociales y el mundial de fútbol en contextos comunicacionales. Ya no pensamos en los medios como simples productores de información, sino que los entendemos como actores sociales, culturales, que presentan a la noticia como una mercancía basada en lógicas mercantilistas abarcando intereses económicos y culturales. A su vez, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se complementan con los medios, desarrollando nuevas competencias y habilidades en los receptores, los individuos que las utilizan. Entre algunos medios aptos para las nuevas prácticas, incluimos a las redes sociales, espacios utilizados para la expresión de sentimientos y/o emociones, como para la producción de contenido simbólico. Las redes, entonces, promueven nuevos vínculos de interacción y relación por ciertas afinidades ideológicas. Esta cultura mediatizada se ve particularmente en el plano futbolístico, donde el desarrollo de las nuevas tecnologías incrementó de manera considerable su consumo. El Mundial de fútbol, por ser un fenómeno de la globalización, permite a los medios incluirse en cualquier clase social. A diferencia de los Juegos Olímpicos, en él triunfan (en muchos casos) países tercemundistas, mientras que en las Olimpíadas, vencen los países más desarrollados e industrializados. Sin embargo, este fenómeno denota algunos deterioros en cuanto a pérdidas de identidad de los clubes, de los jugadores y de los simpatizantes. En la última década, se priorizó el beneficio económico por sobre los resultados deportivos.
Como conclusión, destacamos la utilización protagónica de las redes sociales en este Mundial de Sudáfrica 2010, donde podemos interactuar con otros sujetos y entablar relaciones, como así también recibir información al instante de lo que sucede en el máximo evento deportivo. El Mundial y las redes funcionan con distintos sistemas, pero ambos funcionan como actores culturales y sociales.

Eje 3: El Mundial como consecuencia de la globalización


Para el artículo número tres, analizaremos al fútbol como ejemplo de la globalización, con sus virtudes y defectos. Mantendremos como cuestión principal el mundial que transcurre en Sudáfrica para entender este fenómeno social, cultural, económico y político.
En principio, debemos entender que el fútbol, a pesar de ser el deporte más popular del mundo, se encuentra exento de contextos económicos y diferencias de clases sociales. Esta primera característica lo distancia de los Juegos Olímpicos, donde vemos que los países líderes en el medallero son los más industrializados y tienen niveles de desarrollo más elevados. Siguiendo con este contraste, cinco de los dieciocho campeonatos mundiales (sin contar el que está transcurriendo en el continente africano) han sido conquistados por Brasil, un país considerado de Tercer Mundo que integra el Mercosur (Mercado Común del Sur). Sin embargo, los jóvenes talentos que surgen desde países en vías de desarrollo son rápidamente contratados por grandes clubes de España, Italia, entre otros.
Como explica Aldo Ferner, el fútbol refleja el carácter global del mundo contemporáneo, y a su vez, ha estado poderosamente influenciado por las comunicaciones y las transmisiones de imágenes en tiempo real, surgidas en el siglo XX. Comunicaciones que también adquirieron un concepto global, es decir, fueron adoptando transformaciones con el transcurso del tiempo. Modificaron su percepción espacio-temporal. En este sentido, los medios y las industrias culturales permitieron que los contenidos y valores simbólicos alcanzaran movimientos de carácter transnacional. Como explica Daniel Mato, a través de esas tendencias se generan representaciones de idea de sociedad civil. En estos procesos es posible observar una variedad de actores globales que participan en espacios de intercambios y aprendizajes. En síntesis, la globalización pone de manifiesto las expresiones simbólico-culturales en las prácticas sociales, que se dan en un marco político, económico y cultural. La alteración de ese contexto afecta directamente en esas prácticas.
Si hablamos de intercambio de material simbólico, debemos tener en cuenta el progreso que ha tenido Internet en los últimos años. Jugadores, entrenadores, periodistas y espectadores describen desde su cuenta en Facebook, Twitter, cada detalle, cada nueva experiencia en tierras sudafricanas, no sólo vinculadas al evento deportivo, sino también a los distintos paisajes naturales.
Rosalía Wiocur se refiere a la nueva herramienta como artefacto cultural, donde se desarrollan nuevas competencias y habilidades, pero particularmente nuevas experiencias de interacción social. Aquí, las redes sociales, con la influencia del Mundial, se han potenciado para producir ese intercambio y desarrollar nuevas experiencias. Hay un factor a destacar que es fundamental para entender el impacto de Internet: los jóvenes que utilizan de forma frecuente esta tecnología mediática prácticamente han crecido junto a ella. En este crecimiento también influyen otros agentes culturales, como la familia, la escuela, los pares y los medios.
Retomando a la globalización del fútbol, los grandes clubes europeos han intentado (de manera exitosa) expandirse a nivel mundial. La contratación de jugadores extranjeros para explotarlos como figuras mediáticas (el Real Madrid mantiene esta política hace algunos años) y las empresas que se presentan como propietarias de las instituciones de las instituciones deportivas son una clara muestra del impacto de este fenómeno. Dadan Narval sostiene que la globalización ha modificado considerablemente la identidad de los clubes, pasando de una época identitaria del fútbol a una globalización del mismo marcada por las necesidades del mercado. En este concepto podemos poner como ejemplo al Manchester United de Inglaterra, que se insertó en Asia para promover sus productos y generar una fuente de ingresos. Así, las instituciones de mayor jerarquía perdieron sus identidades particulares y promovieron beneficios estrictamente económicos, mientras que las más pequeñas se vieron perjudicadas y gran parte de ellas han desaparecido.

Eje 2: Las redes sociales como instituciones sociales

En este segundo artículo, trabajaremos la mediatización de la cultura abarcando a los medios como instituciones esenciales para su expansión. En simultáneo, pensaremos y analizaremos en particular a las redes sociales y al mundial como producto cultural procedente de los medios.
Partiremos desde la comunicación como el medio por el cual una sociedad se organiza, una forma de relación social. No limitaremos este concepto a elementos físicos como la palabra o los gestos, sino que incluiremos símbolos y soportes por los cuales éstos se difunden. La aparición de los medios de comunicación alteró considerablemente la forma de producción, transmisión y recepción de los símbolos. Así, podemos tener una primera idea del significado de mediatización de la cultura.
Gran parte de estos cambios se deben a la aparición de nuevas herramientas, instrumentos, invenciones técnicas que denominamos tecnologías de la información y la comunicación. Aquí, particularmente desprenderemos el concepto en técnica y tecnología, significaciones que suelen interpretarse como equivalentes. Raymond Williams define a la técnica como la habilidad particular, o la aplicación de ella. Mientras que una tecnología es el marco de conocimientos necesarios para el desarrollo de dichas habilidades. Dos conceptos que se diferencian, pero se encuentran ligados entre sí y contextualizados en la sociedad.

Estas nuevas tecnologías no se rigen por sí solas. En realidad, los usos que les da la sociedad han alterado el mundo. En este sentido podemos mencionar la utilización de la imprenta, la radio, la televisión, y en la última década, Internet. La conocida “red de redes” ha complementado todos los soportes mencionados anteriormente y, además, ha originado nuevas prácticas, entre las que consideraremos a las redes sociales. Los servicios que ofrecen están atravesados por la interacción masiva de los individuos, que incluso ha desplazado a populares programas como MSN Messenger o Yahoo Messenger. Las redes sociales brindan un abanico de posibilidades a los usuarios, entre los que destacamos juegos, chat, mensajes, grupos ideológicos. Tomaremos los últimos dos como objeto para nuestro análisis. La interacción de los individuos, en estos casos, se vincula directamente a la producción de símbolos, ya sea transmisión de pensamientos, ideologías o expresión de sentimientos, emociones, etc. En el caso de los grupos ideológicos, también se puede observar una afinidad, que también crea un sentido de pertenencia.
Entonces, estamos en condiciones de afirmar que las redes sociales son un espacio virtual donde emisores y receptores crean y comparten contenidos simbólicos eliminando las limitaciones espacio-temporales.
¿Cómo podemos relacionar este concepto a la trascendencia mediática del Mundial de Sudáfrica? Sergio Villena Fiengo afirma que el consumo cultural se ha incrementado en el plano futbolístico y menciona cuatro pilares (de los que seleccionaremos dos) para comprenderlo: en primer lugar, aparece el desarrollo tecnológico en el campo de la comunicación (explicado anteriormente) y en segundo, la transnacionalización de los clubes y los eventos deportivos, como también las industrias culturales. Éste último punto se encuentra ligado a la característica de globalización que los medios de comunicación han adoptado.
Como conclusión de este eje, identificamos las nuevas prácticas que surgieron con las tecnologías de la información y la comunicación, por ejemplo las redes sociales. Además, vinculamos el incremento del consumo cultural (del fútbol, en este caso) ampliamente ligado con la producción de bienes simbólicos de los medios de comunicación, a lo que definimos como mediatización de la cultura.

martes, 22 de junio de 2010

Eje 1: Redes sociales, un nuevo poder de comunicación.

El primer eje se abordará desde la relación medios-comunicación-poder. Tres conceptos fundamentales para entender el contexto comunicacional en el que intentaremos analizar a las redes sociales y su influencia en el Mundial Sudáfrica 2010.
Como primera aclaración, debemos entender que este trabajo se concentra en los individuos que intervienen en las mencionadas redes sociales. Aquí encontraremos una similitud con los medios: los actores participantes establecen relaciones, que pueden ser lazos familiares, intereses comunes, creencias, entre otros. Es decir, tienen características u objetivos en común y, en cierto modo, buscan un beneficio: interactuar con ese individuo o incorporarse a algún “grupo social” por afinidad ideológica.
Bien, ahora describiré y contextualizaré el vínculo generado entre medios de comunicación y poder. Para entender esta familiaridad entre los conceptos, debemos desligarnos de la noción que tenemos de los medios, a los que sólo definimos como simples productores de información. En realidad, cumplen esa función, pero además se basan en lógicas mercantilistas, funcionan como empresas, y por ende, se focalizan en intereses económicos, políticos e ideológicos. Como esgrime Jesús Martín Barbero en “La forma-mito de la prensa”, los medios encubren dichos intereses a través de tres afirmaciones: libertad de prensa (que en realidad es la libertad de empresa para constituir relaciones sociales de producción), objetividad (la noticia es una mercancía, carga un alto grado de subjetividad por los intereses mencionados anteriormente) y relación emisor-receptor (los medios venden su mercancía a un comprador).
Podemos desarrollar una segunda aproximación entre medios y participantes de redes sociales: ambos son productores de información. Redes como Facebook o Twitter, por ejemplo, brindan a sus usuarios la posibilidad de compartir noticias u opiniones a través del medio virtual. Los contenidos que viertan los individuos pasarán a ser transferibles, aunque no serán exclusivas de la red. En el caso de Tuenti, la red social obtendrá los derechos necesarios para hacer una nueva publicación.
Las afirmaciones de Pierre Bourdieu que se centralizan en las prácticas televisivas pueden ser aplicadas a esas producciones: con el objetivo de atraer la atención del usuario (del espectador, en el caso de la televisión), el productor está dispuesto a realizar la mínima construcción de la noticia, mientras resulte interesante. Es más, las redes sociales, como los medios masivos de comunicación, se caracterizan por buscar la exclusiva, la primicia. Como consecuencia, el tratamiento de la información se da sin una construcción previa, poco elaborada.
Volviendo al tema central de este trabajo, el Mundial Sudáfrica 2010, intentaré explicar este acontecimiento global que abarca una gran cantidad de consumidores a nivel mundial y en las últimas décadas se ha convertido en un fenómeno comercial. Juan Francisco Moreno de la Cruz explica que el principal impulso de los deportes para su desarrollo ha sido el de los medios de comunicación, y que de esa forma, estos se convierten en productores culturales. A su vez, esas producciones están cargadas de intereses, por lo que entendemos al mundial de fútbol como un gran negocio. Ha abandonado su situación estrictamente deportiva para transformarse en un espectáculo. En éste sentido, la publicidad también juega un papel fundamental. Pero me centraré en el análisis del mundial como instrumento de poder social. Estamos en condiciones de afirmar que los medios utilizan este espectáculo para tener una llegada masiva al receptor, una oportunidad única de reivindicar sus inclinaciones políticas, económicas, ideológicas. Idéntico caso sucede con las redes sociales: a través de los “grupos virtuales”, expresamos nuestras afinidades con jugadores, equipos, o nuestro rechazo hacia alguno de ellos. Las redes sociales se presentan como un espacio abierto al debate y dejan a un lado los impedimentos geográficos o temporales, creando una herramienta de fácil acceso para cualquier usuario.
Sobre el concepto de espectáculo deportivo (el mundial de fútbol, en este caso), retomamos con Moragas, que explica, entre otras cosas, la implementación de procesos que incluyen nuevas tecnologías de información y comunicación (significación que profundizaremos en el próximo eje). Dentro de estas tecnologías, además de micrófonos, cámaras y satélites, podemos tomar en cuenta la utilización de las redes sociales, que a la vez generan nuevas prácticas en los individuos, y como mencionamos anteriormente, se imponen como espacios de interacción. Como ejemplo del alcance de las redes podemos mencionar los 400 millones de usuarios con los que Facebook cuenta en la actualidad, lo que muestra un rápido y avanzado uso de las nuevas tecnologías.
Definitivamente, éste será el mundial de las redes sociales. Los principales medios de comunicación tienen sus propias cuentas y están preparados para penetrar este nuevo espacio que permite la relación vendedor-consumidor. A su vez, los individuos contarán con la oportunidad de expresar sus ideologías, opiniones, y compartirlas al mundo en tan sólo unos minutos.


Fox Sports toma como referencia las publicaciones de Sergio Aguero en Twitter. (http://www.youtube.com/watch?v=2kEEpGoisg8)